El pasado lunes 14 de
noviembre de 2016, se produjo un hecho extraordinario en la
astronomía, la “superluna”, se da cuando la luna se encuentra en
su máximo acercamiento a la Tierra (perigeo). Este acontecimiento
ocurre una vez cada mucho tiempo, tanto que se pronostica la próxima
superluna para 2034. Ésta fue la mayor en 86 años.
Unos de los efectos de la
Luna en la Tierra son las mareas, producidas por la atracción del
agua hacia ésta, manifestándose con subidas y bajadas del nivel del
mar. En este caso, con la superluna, no hubo gran diferencia. Sin
embargo, se notó en las mareas más agitadas. La atracción
gravitatoria fue mayor de lo habitual pero no fue tan importante como
para provocar tsunamis o terremotos.
Aunque
la Luna no hace círculos perfectos a la Tierra en su punto medio,
sigue una órbita elíptica que a veces se acerca a la Tierra y otras
veces se aleja. Pero, esa órbita no es siempre la misma, ya que la
Luna está afectada por la atracción gravitatoria que la propia
Luna, la Tierra y el Sol se ejercen entre sí.
En ese momento, la luna
se encontró a 356.512 km de la Tierra. Sin embargo, el
apogeo de su órbita de este año (el momento en el que se encontró
más lejos), tuvo lugar el 31 de octubre, y se encontraba a 406.667
kilómetros, 50.000 kilómetros más lejos.
Jorge Ruiz
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