(Abby
y Brittany gemelas siamesas)
Los
gemelos nunca pasan inadvertidos, y a través de la historia han sido
objeto de curiosidad, fascinación y rechazo por algunas culturas.
Estas emociones se intensifican cuando dichos seres nacen unidos en
alguna parte de su anatomía, lo que representa un reto para la
ciencia médica al intentar separarlos mediante cirugía, pues es de
alto riesgo.
El
término "siameses" nace de la gran popularidad de la que
gozaron dos hermanos que sufrieron esta anomalía, Chang y Eng Buker,
quienes nacieron en una región llamada Siam (hoy Tailandia) en 1811
y, pese a permanecer fusionados por una porción de la región
abdominal, vivieron bastante tiempo.
¿Por
qué nacen unidos?
Generalmente,
los embarazos llevan a la formación de un solo bebé, sin embargo,
hay ocasiones en que puede nacer más de un hijo, proceso que llega a
presentarse de las siguientes maneras:
-
Gemelos
biovulares o bivitelinos.
Se constituyen cuando dos óvulos son fecundados por dos
espermatozoides en forma independiente, lo que permite que cada feto
tenga en forma separada saco gestacional, cordón umbilical y
placenta; da lugar al nacimiento de bebés con distintas
características genéticas.
-
Gemelos
monovulares o univitelinos (idénticos).
En estos casos sólo un óvulo es fertilizado por un espermatozoide,
lo que genera un cigoto que, por razones desconocidas, se divide en
dos porciones, cada una de las cuales desarrolla un feto. Los
productos formados comparten la misma placenta y saco gestacional,
pero cada uno tiene su propio cordón umbilical.
-
Siameses. Se originan igual que los gemelos idénticos, pero durante
el proceso de separación de las células se presenta un error, pues
de manera normal la división de embriones ocurre en los primeros 10
días después de la fecundación, pero con los siameses tiene lugar
aproximadamente en el día 13. Este retraso ocasiona que no se
dividan bien las estructuras celulares y, por ende, los bebés
compartan órganos.
Los
siameses se clasifican en:
-
Simétricos.
Son del mismo tamaño y su proporción corporal es prácticamente
igual sin importar en dónde estén unidos, característica que
brinda la posibilidad de que sean separados mediante intervención
quirúrgica, siempre y cuando no se compartan órganos vitales
indivisibles, como cerebro, hígado o corazón. La variedad más
frecuente son los llamados onfalópagos (unidos en la región
umbilical), toracópagos (fusionados en la cara anterior del tórax)
e isquiópagos (unidos en la pelvis).
-
Asimétricos.
Se denominan así cuando uno de los bebés está casi completo y
normal (gemelo autósito), y el otro es incompleto (gemelo parásito)
y dependiente del primero para poder crecer. Casos extremos de
mellizos unidos son aquellos en los que un gemelo está dentro del
otro, generalmente en forma de tumores del tamaño de una pelota de
tenis, con dientes y cabello.
DETECCIÓN
Para
diagnosticar un embarazo
de siameses
es necesario realizar un ultrasonido de alta resolución, método que
consiste en hacer especie de barrido con un aparato que emite ondas
de sonido que traspasan los tejidos del vientre materno para llegar a
donde están los bebés y reflejar sus estructuras, las cuales son
capturadas y trasladadas a un equipo de cómputo que las procesa y
muestra imagen clara y exacta de las zonas unidas.
Desde
el primer trimestre de gestación los progenitores pueden saber si
sus gemelos son siameses, lo que les permite decidir si continúan o
no con el embarazo. Lo anterior no es una decisión fácil, y para
tomarla se necesita la ayuda de un grupo de profesionales de la salud
que estén trabajando en el caso, como ginecólogos, ginecobstetras,
genetistas y psicólogos.
Pero
lo difícil no termina aquí, porque aun cuando continúen con el
embarazo y nazcan los niños, tendrán que decidir si los separan o
no, aunque esto pueda significar la muerte de uno de ellos o ambos;
ante esta situación, el papel de los médicos es presentar a los
padres los pros y contras de las alternativas de tratamiento, pues
finalmente son los progenitores quienes tomarán la última decisión.
Es
importante resaltar que la mayoría de los partos de mujeres que han
procreado siameses culminan en cesárea, por el bien de la madre y de
los bebés.
Separación:
alto riesgo
Antes de abordar el
complejo desafío quirúrgico que representa la separación de una
pareja de siameses, es necesario conocer, con la mayor precisión
posible, las regiones anatómicas que comparten, pues aunque tanto
esqueleto como sus puntos de unión son fáciles de estudiar
radiológicamente, en los individuos que se encuentran unidos resulta
complicado.
Antes de efectuar la
intervención quirúrgica es fundamental realizar un estudio
exhaustivo para determinar qué órganos están completos y si es
posible llevar a cabo la separación, pues cuando existe alguna
estructura importante compartida y hay que decidirse por el bebé que
tiene más posibilidades de sobrevivir realmente es una situación
aterradora.
Por otra parte, es
indispensable considerar que la intervención quirúrgica puede
proporcionar mejores resultados cuando se realiza entre los 5 y 12
meses de edad; asimismo, cabe resaltar que la supervivencia de estos
niños una vez separados es de 53% en los simétricos, mientras que
en los asimétricos (en los que comúnmente hay que elegir a uno de
los bebés), asciende hasta 90%.
Como puede ver,
lamentablemente no siempre es posible que los gemelos siameses
sobrevivan, por lo que es recomendable buscar asesoría de
especialistas médicos altamente calificados para poder tomar la
mejor decisión.
Publicado por: Javier Cruz
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